Caloncho en Pachuca
Por: Rosario Mendoza
Los ánimos en la ciudad por la espera del concierto de Caloncho se sentían desde días atrás, los domingos es el día en el que muchos estudiantes regresan a la Bella Airosa, unos tristes o melancólicos por dejar su hogar una semana más, pero el día de ayer fue diferente.
Desde muy temprano Parque Hidalgo y los alrededores del Teatro San Francisco tenían un brillo y color diferente, muy probablemente era por la felicidad de
Foto: Rosario Mendoza
aquellas personas que tomaban camino para llegar al teatro y por fin poder apreciar el espectáculo tan esperado por todos, incluyéndonos, claro está.
A los ocho de la noche se abrieron las puertas para dar paso a quienes ya llevaban algunos minutos esperando afuera del recinto, había quienes estaban sumamente emocionados; felices porque el gran día había llegado; los había nerviosos y enamorados; quienes no habían dudado en llevar un presente para el cantautor. Empezaban a verse playeras en las que se leía “Caloncho” y “Mamíferos” al frente, mientras otros ya estaban formados para tener sus palomitas, chicharrones, dulces o chocolates para acompañar el concierto. Las selfies y fotos no se hacían esperar, a veces creo que todos somos expertos en fotografía.
Foto: Rosario Mendoza
Unos minutos después de las nueve de la noche en el recinto teatral se escuchó un grito al unísono, era lo que todos conocemos como “tercera llamada”, el estruendo fue de todos los presentes que gritaron porque Caloncho ya estaba del otro lado del telón, más que listo para ofrecernos un espectáculo inolvidable.
“Un masajito de mente, un masajito de mente, un masajito de mente…”, y todos nos volvimos locos de emoción y felicidad, coreamos desde el inicio hasta el final “Bálsamo”, una canción del disco más reciente que lleva el mismo nombre. Al término de la segunda canción, el cantautor nos dio la bienvenida a tan magnífico evento que habían preparado con mucho amor y pasión, también nos hizo saber su profundo agradecimiento por tanta aceptación, invitándonos a bailar y disfrutar la noche.
Foto: Rosario Mendoza
Yo tomaba fotos mientras cantaba "Chupetazos", una de mis canciones favoritas, otros tenían de la mano a su gran amor, abrazaban a un amigo, tomaban un video para compartir su felicidad en redes sociales, otros apreciaban la felicidad de sus hijos o sus padres, de los más pequeños y los más grandes, algunos más tarareaban, gritaban o simplemente apreciaban el escenario, el jugueteo de las luces que nos iluminaban, el color amarillo como las bananas, el anaranjado como las papayas, o el rojo de unos labios.
“Brillo mío”, la favorita de muchos nos hizo retumbar con cada palabra cantada, “Equipo” y “Optimista” nos llenó de melancolía feliz, mientras que “Hedonista” nos rompía el corazón en pedacitos para después ser reconstruido.
Algo increíble fue que Caloncho cantó “Amor papaya”, colaboración artística que hizo con Carlos Sadness y “Loco” que hizo junto a Siddharta, ¿A poco no fue maravilloso?
Foto: Rosario Mendoza
Fue una noche espectacular en la ciudad, toda la felicidad en los ojos de aquellos que tuvimos que abandonar el teatro para irnos a casa, dormir con una razón más para seguir siendo felices.
Les dejo una frase que Caloncho compartió con nosotros: “la existencia es tan breve como para no hacer lo que uno quiere” y esto conlleva el respeto a los otros, a la vida y la naturaleza.