Pachuca, Hgo.
22/09/2019
“Desobedecer puede ser una buena idea.
Ser ordenada siempre es lindo y poderoso, claro,
pero salirse del huacal vuelve interesantes las
cosas cuando los mandatos son aburridos, cuando
no nos dejan movernos a nuestras anchas, sobre
todo cuando dañan nuestra alma. En esos casos
hay que inventarse oportunidades propias para
hacer descubrimientos y brillar como diamantina.
Las mujeres de este libro se han reunido para
contarte cómo le hicieron, cuánto buscaron
hasta salirse con la suya.
Porque la curiosidad no mata al gato. Las féminas,
chicas y grandes, siempre terminan averiguando
maneras para abrirse paso, aunque el camino
esté lleno de piedritas.”
Así luce escrita con letras blancas y en fondo azul marino, la contraportada de Había una vez mexicanas que hicieron historia, un libro que a través de 216 páginas da un vistazo a cincuenta mujeres, pertenecientes a la historia de México.
Con el propósito de visibilizarlas, el autor, no hace este recorrido solo, sino de la mano de Fa Orozco, una booktuber; que apoyó en esta idea creativa a Pedro J. Fernández, se encargó de la elaboración del Prólogo, y coordino las ilustraciones que acompañan cada relato; seleccionadas desde Instagram, vemos los trazos y colores de Alejandra Gámez, Amanda Mijangos, Andonella, Arsenia Calvillo “La Morse”, Day Cuervo, Flavia Zorrilla Drago, Gaby Zermeño, Haru, Mena Bo, Minerva GM, Ootoro, Siamés Escalante y Teresa Martínez.
Pedro J. Fernández, escritor de esta obra, cambia el típico inicio de los cuentos de hadas para traer historias reales con la voz de cada una de estas protagonistas; una característica acertada de este libro que nos hace conocerlas “de cerquita”. Por lo que en lugar de introducirnos con un: “Había una vez” nos encontramos con frases que marcan esta cercanía al tener un discurso dirigido hacia las y los lectores, pues se tiene a un narrador en primera persona.
Tenemos a Macuilxochitzin; una poetisa, que inicia este libro y que se presenta diciendo “Anonpehua noncuica… Mis saludos para ti. Acércate: no reconozco el jade de tus ojos.” Y cerramos con Carmen Victoria Félix, una científica espacial que dice “La noche es muy hermosa, ¿verdad? […] Mucho gusto en conocerte”.
Justamente, la importancia de su obra radica en la voz y temporalidad que le dio a cada mexicana, en donde su personalidad se hace notar y sí llegamos a percibir esa diferencia que nos marca la existencia de cincuenta chicas: desde la imponencia de María Félix hasta la valentía de Lydia Cacho.
Imagen tomada de la página de Sanborns
Imagen tomada de la página de Amazon
A simple vista el libro tiene gran similitud con Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, libro escrito por Elena Favilli y Francesca Cavallo, de editorial Planeta, mientras que el de Pedro, es de Alfaguara. Los colores de la portada son similares, predomina el azul aunque en tonos diversos, y ambos tienen letras en tonos blancos, rosas y amarillos. En los dos abundan como adornos las estrellas, pero en el de Había una vez mexicanas que hicieron historia comparten espacio con las aves y en especial las flores.
Pedro es consciente del parecido, lo habló durante la presentación editorial de su libro en el marco de la Feria Universitaria del Libro, FUL, el pasado 27 de agosto. La idea de hacer este libro para público juvenil fue de Fa Orozco, ya que el escritor de novela histórica deseaba dirigirlo más a los adultos.
Este aliado, como el mismo se presenta ante el feminismo, ha luchado por contar historias de mujeres mexicanas, algo que le fue negado varias veces, pero que con este libro se da un parteaguas, se viene la segunda parte de este tomo y en solitario planea contar la vida de La Güera Rodríguez, a quien nos presenta, con solo cuatro páginas, en esta edición.
Todas las historias se conforman así: abren con la ilustración; en la segunda página y en la parte superior de esta, aparece su nombre, lo qué es (recordemos que el tiempo en que hablan es presente) y el año de nacimiento y, si es que ha ocurrido, de muerte. Seguido viene el relato, que abarca con esa, tres páginas y en la cuarta se finaliza con un recuadro que enmarca información importante.
Dentro del texto escrito en letras negras, colorea algunas declaraciones, frases que dijeron y acciones importantes que las llevaron a ser quienes eran.
Y como lo dijo el mismo Pedro, “La revolución no se ganó desde la casa” y nos presenta ese lado de la moneda que actualmente se ha volteado a ver y que la historia tenía oculta, porque aunque parezca increíble siempre han existido intérpretes, diplomáticas, poetas, heroínas de independencia, espías, altruistas, periodistas, doctoras, pintoras, políticas, enfermeras, revolucionarias, adelitas, promotoras culturales, congresistas, sufragistas, embajadoras, arqueólogas, maestras, fotógrafas, narradoras, dramaturgas, neurólogas, cantantes, muralistas, actrices, activistas, esgrimistas, defensoras de los derechos humanos, escritoras, alpinistas, directoras de orquesta y científicas espaciales.
“Personajes que inspiran a tener sueños y cumplirlos” es la definición que hace Fa Orozco, y que es bien logrado en esta edición con estas “heroínas de carne y hueso.”