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It: capítulo 2

El regreso a Derry de nuestros perdedores favoritos


Melissa Suárez de la Vega
IG: @solodimemel

CDMX

13/09/19

Los perdedores regresan a Derry después de 27 años –claro, contra su voluntad– para enfrentarse una vez más a ese terrible personaje que los horrorizó de niños.

En esta entrega no sólo se concluyen satisfactoriamente aquellos misterios, traumas y recuerdos personales sin resolver de los perdedores; también se revelan los fascinantes orígenes del mal que envuelven a Derry.

Andrés –mejor conocido como Andy– Muschietti se enfocó en los traumas de cada personaje. Si bien esto nos podría resultar fenomenal, la realidad refleja que la esencia terrorífica de la historia quedó prácticamente dispersa.

El rumbo de la historia gira en torno a explorar el poder de la amistad y los lazos existentes entre los perdedores. En el filme se explora la vida de los personajes en su etapa adulta y los motivos que los llevaron a crecer en un entorno tóxico o decadente, con traumas que llevan arraigados desde su niñez y que aún no han podido superar.

Muschietti, experto en construir atmosferas de suspenso, logra sacarnos de nuestra zona de confort en la sala por ratos, haciéndonos saltar de miedo cada que se le presenta la oportunidad; sin embargo, estos pequeños pero magistrales segundos de suspenso se ven opacados por los momentos cómicos insertados –perfectamente bien logrados por Bill Hader–, que nos hacen pensar que estamos viendo una comedia y no una película de terror. Por otro lado, la fotografía e iluminación de la cinta resultan fascinantes.

A muchos podrá no gustarles la culminación de esta historia, pero se logró cerrar este capítulo con dignidad y dejar a la mayoría de sus espectadores con un buen sabor de boca al demostrar que, ante cualquier adversidad, miedo, o monstruo que nos aqueje, siempre lo podremos superar, vivir con él y crecer como personas.

It: capítulo 2, podría no ser la mejor película de miedo de los últimos tiempos; sin embargo, contiene una gran narrativa que marca el fin y el principio de una historia mucho más cercana de lo que podrías imaginar: la vida misma.

 

 

 

Edición: Lizbeth Soto

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