También conocidas como “María”, éstas tuvieron su origen en Michoacán y el estado de México, aunque también son representativas de Querétaro. Son elaboradas por el grupo étnico mazahua como una alternativa más económica de los juguetes.

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Hechas de trapo y adornadas con coloridos listones, son el resultado del sincretismo cultural entre el Nuevo y Viejo continente. Tras la conquista española, los juguetes novohispanos comenzaron a mezclarse con los de las culturas indígenas, resultado de la diversidad de usos y costumbres que se fueron empalmando entre ambas culturas.

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Otro ejemplo de esto son los trompos, los yoyos, la pirinola y los baleros, así como trastes de porcelana o barro.

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Con el paso de los años, las muñecas empezaron a representar a las mujeres que con sus manos las creaban, quienes salían a recorrer las calles de la ciudad de México y a quienes se les llamaban “Marías”.

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Estos juguetes empezaron a diversificarse por el largo y ancho del país, en el norte se crearon las muñecas guarijío, con un traje de esta etnia, de colores brillantes y telas con flores; en Guanajuato se crearon las famosas “Lupitas”, con técnica de cartonería y pintadas con trajes floreados y figurillas geométricas.

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Las muñecas María son una artesanía que representa la mexicanidad, sin el uso de máquinas ni pigmentos artificiales.