Los girasoles
Hace casi cuatro años, mientras volvía del trabajo, puse atención a los últimos dos kilómetros antes de llegar a casa y qué sorpresa me llevé cuando me di cuenta de que habían sembrado girasoles en los terrenos que toda la vida habían sido para maíz. Fue como si hubieran sido puestos ahí de la noche a la mañana, porque no recuerdo haberlos visto antes. Lamento decir que mi falta de atención me costó perderme de su proceso de crecimiento, pues es el único camino para llegar a casa, aunque ahora que lo recuerdo, estaba pasando momentos difíciles en el trabajo y quizá eso me mantuvo distraída de cosas más importantes de la vida, como el no darme cuenta de que mis flores favoritas florecían a centenares cerca de casa.
Hay una lista interminable de razones por las cuales me gustan los girasoles, pero una de ellas tiene que ver con Vincent van Gogh, quien es mi pintor favorito y algo de su vida me hace sentir identificada con él, pero eso se los cuento después. Como ya habrán notado, hoy les voy a contar un poco de los girasoles.
El girasol también es llamado maíz de Texas y flor de sol, es una planta domesticada al igual que las margaritas y los crisantemos, las cuales agrupan flores pequeñas en su cabeza en lugar de flores sencillas, lo que facilita su polinización.
En México habitan cerca de 3,080 especies nativas y gran parte de estas tienen uso, ya sea ornamental, alimenticio o medicinal.
Aunque hasta hace poco se pensaba que el origen del girasol se ubicaba en el norte de México y el oeste de Estados Unidos, recientes descubrimientos arqueológicos de un fruto en Tabasco y tres en Morelos han dejado al descubierto que la procedencia del girasol es de Mesoamérica. ¿No están impresionados?, yo sí, mucho.
Su nombre se debe a la propiedad que tienen de girar hacia el sol (heliotropismo) y esto lo hacen para captar mejor la luz, lo que me recuerda a la bonita frase que dice así: sé como los girasoles.
Pese a que muchos los consideran maleza, los girasoles cumplen una función muy importante para la biodiversidad, pues su habilidad para crecer en todo tipo de ambientes y climas, así como su resistencia a las sequías, les permite invadir sitios degradados donde detienen el suelo, además producen mucho néctar, mismo que atrae a los polinizadores.
Por último, las semillas de los girasoles son extraídas para hacer harina y aceite, muy benéficos por su gran cantidad de grasas poliinsaturadas, también es utilizada para la elaboración de jabones, cosméticos y detergentes, y no olvidemos la impresionante vista que estas plantas ofrecen.
Edición: Pinita Zúñiga
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